domingo, 7 de junio de 2015

Hoy estoy yo socrática.

Hola a todos y a todas.
Después de una semana leyendo artículos, nuestros y de otras redes, y reflexionando acerca de mis palabras en la entrada del buen/mal profesor y comparándolas con las de los compañeros, he de decir que la mía se ha quedado obsoleta totalmente, pues ahora me vienen ganas de cambiar parte de lo que he dicho y de reafirmarme en otro tanto.


Por un lado, tengo la sensación de haber empezado describiendo a un buen profesor como una especie de mesías que viene a abrir las puertas del paraíso del idioma. Algo así como una Mary Poppins emparentada con Gandalf, capaz de las mayores virtudes y poseedor de las mejores herramientas didácticas.


Por otro lado, sin embargo, he visto que muchos de los defectos que encontré en lo que no es un buen profesor son, en parte, debidos a consecuencias externas y otros, necesariamente, debidos a características de lo más humanas. Otros, afortunadamente, tienen solución. Aun así, esa infalibilidad que pretendemos de un maestro resulta abrumadora.


Así pues, dándole vueltas a la cabeza he llegado a esta estación (que no es sino una parada más, pues, seguramente, la semana que viene siga modificando lo que venga a decir hoy) en la que, a día de hoy, tengo casi claro lo que NO ES UN BUEN PROFESOR.
No es un buen profesor el que:


  • Aburre (falta de carisma).
  • No proporciona diversos caminos para llegar a la misma meta (falta de metodología).
  • No escucha las necesidades del alumnado (egoísta).
  • No adapta sus sesiones a las características de ese momento del alumnado (falta de recursos, de pedagogía).
  • No tiene paciencia ante los errores del alumnado (falta de psicología).

De manera que, si tuviese que definir lo que es un buen profesor, debería describir los antónimos de todo lo escrito anteriormente, es decir; esa Mary Poppins hija de Odín , capaz de ser:


  • Carismático.
  • Conocedor de diversas metodologías.
  • Altruista.
  • Pedagogo.
  • Psicólogo.
  • ...un largo etcétera.


Yo creo que todos tenemos más o menos una idea parecida de lo que es un buen maestro (ya sea de L2 o de otra materia) El caso es cómo llegar a serlo. La respuesta a esa pregunta es: NO LO SÉ.

En definitiva, además de marearme ante la cantidad de cosas que me faltan para ser esa superwoman a la que todos adorarían y que tendría más recursos que la C.I.A para saber qué le ocurre a todos y cada uno de sus alumnos al tiempo que reelabora los programas y que rellena formularios de inspección, actas de evaluación, autoevaluación; que decora escenarios en navidades, primavera y fin de curso; que atiende a padres en tutoría, corrige cuadernos; que realiza reuniones de ciclo, de departamento, de equipo docente, de claustro; todo ello con sus correspondientes informes y, además, da clases, corrige exámenes, vigila recreos y, no nos olvidemos, tiene vida propia(o eso parece). Además de todo esto, decía, he llegado a la conclusión de que solo sé que no sé nada. Bueno sí, una cosa puede ser que sepa: que padezco agnosia. En fin, que tengo la tarde socrática.

AHORA QUE LEO EN FRÍO LA ENTRADA.¡¡¡ HE ESTADO CINCO AÑOS HACIENDO LO QUE HE DESCRITO ARRIBA!!! NADA ES IMPOSIBLE

1 comentario:

  1. ¡qué buen boli tienes! me encanta tu reflexión y esta imagen de Mary Poppins emparentada con Gandalf es preciosa :D

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