A grosso modo ésta viene a ser la conclusión que saqué en las sesiones 3 y 4. Además, montar en bicicleta es muy motivador y así tienen que ser las actividades de aprendizaje: tan divertidas como montar en bici.
Aprender una lengua extranjera es ya de por sí motivador. De hecho, el ser humano siente un placer innato al usar el lenguaje y,resumiendo a Austin (1969), uno es feliz al hablar y hacerse entender, le gusta el placer de compartir ideas y lograr interactuar con los demás. En definitiva, hablar es un proceso social, placentero y necesario.
En el método deductivo me aburro, pues es como ver a mi padre cómo monta en bici y me lo explica, mientras que lo que yo quiero es manejar la bicicleta.
Así que necesito un método que me permita llevar la bici desde el principio, aunque sea monitorizada con mi casco, ruedecitas y coderas. Y que mi padre me vaya explicando, sobre la marcha, cómo tengo que inclinar el cuerpo para girar o por qué no debo frenar sólo con el freno delantero.
Esto viene a ser el método inductivo, donde aprender un idioma es una actividad(montar en bici) acompañada de un soporte léxico(ruedecitas) que me ayuda a comprenderlo, unas preguntas que me permiten trabajar previamente aspectos gramaticales que desconocía (a lo mejor antes he usado un triciclo) y mientras la voy realizando (montando) preocupada por, quizás, cumplir la actividad en sí (pedalear), es posible que no preste atención a aspectos como la fonética (dirigir el manillar y que no se tuerza a un lado y otro). Para eso está el profesor, que cumple la función de guía (el adulto) y me va corrigiendo y ayudando, aconsejando y motivando. Más adelante empezaré a dominar la lengua entrando en la ortoépica, o en aspectos como la ironía y el sarcasmo (frenadas, caballitos y derrapes), intentando alcanzar hasta el último de mis días el grado de maestría (el maillot amarillo).
Pero ha llegado el día en que soy yo quien tiene que enseñar esa lengua y, lo que al principio parecía tan fácil (le doy la bicicleta y con las ruedas y casco que se las apañe), resulta que no es tal. A ver cómo salgo yo de esta, sin que el alumno se deje los dientes o la bici acabe en un rincón ( bloqueo o lagunas y desmotivación).
Por lo pronto, ya estoy inflando las ruedas.
Bibliografía:
- RODRÍGUEZ PELÁEZ, Natalia, 2015, Gramática en la clase de ELE: Enseñanza de los contenidos gramaticales, léxicos y fonéticos.
- TORRES SÁNCHEZ, M.A., ASELE. Actas III(1991). El placer de hablar una lengua extranjera.
- AUSTIN, J.L., 1982, Cómo hacer cosas con palabras, Barcelona, Paidós. (ed. ingl. 1969).
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